Cosquín Rock. Parte 2 – La
alegría. Falta la esperanza
La gran alegría que tuve en
el Cosquín Rock fue no ver sobre el escenario a León, soy un hombre bueno y
busco amar y ser amado, Gieco. Charly, los dinosaurios van a desaparecer pero
yo sigo, a pesar, de que no se me escucha lo que canto, García. Tenemos en
Uruguay al Pepe, el aborto y la marihuana legalizada, pero vivimos la mayor
parte del tiempo en Argentina, porque nos permite comer, de los uruguayos de NTVG y La Vela Puerca. Calle,
vivo en Manhattan en la 5th Avenue, pero para los giles de Latinoamérica, en la
13.
Como así también saber que
Molotov grabó un DVD, disco, lo que sea; evento para no verlos por un rato, que
espero sea largo. Pero, esto es un deseo, porque seguro que en el 2016 estarán
presentándolo. Debo reconocer que tanto la banda de Puerto Rico como la de
México en sus inicios me sacudieron la modorra, pero hoy no me generan nada. En
síntesis: más de lo mismo.
Pensaba que este mal llamado
rock nacional, nombre impuesto por la dictadura y que explotó en taquilla y
difusión por obra y gracia de Daniel Hadad, otro facho, que tuvo la genial idea
de hacer La Mega,
no tiene recambios desde hace un largo período de tiempo. Como si esto fuera
poco, el Correo Argentino, le brinda un homenaje a Luca, un italiano, con una
estampilla. Por algo, no me voy de este país. Si es lo más hermoso para vivir.
En qué lugar del mundo me voy a reír como acá. Falsos progres criticando al
imperialismo cuando el ahora dueño de la radio, que pasa rock nacional que no
es la estatal, es empresario petrolero. Por ende, hace mierda la naturaleza.
Pero eso es un tema que al rock no le importa. El origen del rock está en el
negocio. Sam Phillips la tuvo claro cuando hizo grabar a Elvis, un blanco
cantando como negro, porque era la única forma de imponerlo. Pero algo ocurrió
y me golpeó la mandíbula: “…Alguna vez no supe renunciar / y me sirvió para
sufrir /Porque vivir no es vivir / sin libertad y quien querer / Voy a
poder.../si nunca sale el sol!...../ Voy a escribir mil veces mas / canciones
que ya escribi…”. “Canten putos”, dijo
Calamaro cuando terminó de cantar Gaviotas. Por primera vez alguien hizo algo
que no estaba en el manual del famoso: “una que sepamos todos”. El placer de la
canción. Esto fue una gran alegría que tanta agua y barro no pudo sacarme.