Manuel Ricardo Espinoza, murió el 30 de mayo del 2002. No le pudieron
hacer un velorio decente porque el dueño de la casa fúnebre se asustó cuando
vio la cantidad de punks que se dieron cita en el lugar para despedir al
cantante de Flema. A Ricky lo tuvieron que velar en el patio de la casa de su
hermano.
Hoy, sus restos, yacen en el pabellón verde, llamado San Juan XIII, en
el cementerio de Avellaneda.
Desde esta ciudad del conurbano bonaerense, Sebastián Duarte, autor de
El último punk, libro que cuenta la vida de Ricky Espinoza, emitió la siguiente
opinión sobre lo que significa esta persona para la cultura punk argentina. Esta
entrevista va a formar parte del programa No tengo pelos para la cresta que vas a poder escuchar en breve por :
ontheroute.iliveargentina.com.ar