jueves, 22 de mayo de 2014

Pensando

En Córdoba hay tantos ignotos que son famosos por nada que me sorprendió ver el bajo perfil de Tomás Pergolini, el bajista de Caperucita Coya. Se me fue el prejuicio de la portación de apellido cuando escuché el sonido poderoso de su banda. Los Frenéticos demostraron que de emergentes no tienen nada y que están para grandes eventos como Ciudad Emergente. Estoy convencido de que si la banda del gran Nacho sonaba con el volumen de Utopians, la gente hacía honor a su sobrenombre y rompía todo. Los Utopians era la banda para ver y dejaron al público prendido fuego para que el frío de la vuelta a casa no se sintiera. Jornadas como ésta son buenas para reencontrase con un montón de gente, intercambiar ideas y pensar que si digo que Un día perfecto para el pez banana no me generó ninguna sensación, el periodismo mainstream que dice saber de rock me va a matar, pero prefiero que lo hagan a caer en pose.






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