En Córdoba hay tantos ignotos que son famosos por nada que me sorprendió
ver el bajo perfil de Tomás Pergolini, el bajista de Caperucita Coya. Se me fue
el prejuicio de la portación de apellido cuando escuché el sonido poderoso de
su banda. Los Frenéticos demostraron que de emergentes no tienen nada y que están
para grandes eventos como Ciudad Emergente. Estoy convencido de que si la banda
del gran Nacho sonaba con el volumen de Utopians, la gente hacía honor a su
sobrenombre y rompía todo. Los Utopians era la banda para ver y dejaron al público
prendido fuego para que el frío de la vuelta a casa no se sintiera. Jornadas
como ésta son buenas para reencontrase con un montón de gente, intercambiar
ideas y pensar que si digo que Un día perfecto para el pez banana no me generó
ninguna sensación, el periodismo mainstream que dice saber de rock me va a
matar, pero prefiero que lo hagan a caer en pose.
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